Desde principios del siglo
XIX, el concepto de cuestión social apareció en Europa para señalar las
consecuencias laborales, sociales e ideológicas producidas por la Revolución
Industrial. En nuestro país, el término cuestión social fue utilizado por primera
vez por Augusto Orrego Luco. Rápidamente fue asociado a los diversos problemas
sociales que afectaron al mundo popular, como el analfabetismo; la
prostitución; el alcoholismo; el hacinamiento; la promiscuidad; las
enfermedades; las huelgas; la inflación; la actividad sindical; la lucha de
clases; los trabajadores y la proletarización. En pocas palabras, un concepto
sumamente amplio, de difícil consenso, que ha sido motivo de múltiples debates
y discusiones.
Chile así como la gran
mayoría de los países latinoamericano, baso su crecimiento en el modelo
de crecimiento hacia fuera , con lo cual se fue generando un gran déficit
económico industrial, entendiendo que los reportes inmediatos de la exportación
no significaron un crecimiento competitivo para el país en lo posterior.
El modelo de sustitución de
importaciones no funciono y genero el arrastre de población rural hacia
las ciudades incapaces de recibirles en buenas y dignas condiciones.
Esto no era un tema del cual no estuvieran
informados los gobernantes y los sectores elitistas del país, al contrario esto
sucedían en sus propias narices. Sin duda el colapso del modelo
capitalista empezaba a cobrar a sus primeros millones de víctimas, que
traspasaban su pesar al tapete social en donde su dolor estaba a la vista de
todos.
Al contraste con muchas
visiones de diferentes autores me he podido centrar en dos importantes
hipótesis del por qué fue tan duro y fuerte el tema de la cuestión
social en Chile. . La primera está centrada en la incapacidad de los
empresarios chilenos en modernizar la economía y darle las características
competitivas a esta nación.
En segundo lugar y más grave
a mi parecer es la insensibilidad presentada por los grupos dirigentes al
ver las miserias de la masa laboral presente en los campos y faenas mineras.
Lo peor de esto es que la clase política se
encontraba en basta prosperidad económica, mientras que el grueso de la
población se encontraba totalmente empobrecida, con salarios bajos y malas
condiciones laborales. Todo esto entorno a un clima oscuro de angustias y
miserias.
Las clases medias no estaban
preparadas para intervenir como fuerza política y los sectores proletarios
mirando su desnudez compartida se unieron, dando origen a sindicatos y mutuales
en busca de sus propios beneficios.
Constataron que unidos
podían sacar una voz más fuerte que tras mucha sangre derramada logro pequeños
beneficios para ellos mismos que serian recordados por la historiográfica y
literatura, con la esperanza de generar conciencia en las salas de clases y
nunca más volver a repetir tal escenario para los seres humanos.